Desde 1990, los índices de pobreza extrema se han reducido en un 50%. Pero una de cada cinco personas de las regiones en desarrollo sigue viviendo con menos de 1,90 dólares al día.

Es hora de replantearnos cómo cultivamos, compartimos y consumimos nuestros alimentos si queremos alimentar a los 795 millones de hambrientos de hoy en día

El desarrollo sostenible depende de garantizar vidas sanas. Son necesarios más esfuerzos para aumentar la esperanza de vida

Los conocimientos básicos de lectura y escritura han mejorado enormemente, pero se necesitan esfuerzos más audaces para alcanzar los objetivos de la educación universal

La igualdad de mujeres y niñas no es sólo un derecho humano fundamental, sino que impulsará economías sostenibles y beneficiará a las sociedades en general.

Debido a las deficientes infraestructuras, millones de personas mueren de enfermedades asociadas a un suministro de agua, saneamiento e higiene inadecuados.

El objetivo es el acceso universal a servicios energéticos modernos, una mayor eficiencia y más fuentes de energía renovables.

La creación de empleos de calidad seguirá siendo un reto importante para casi todas las economías en el futuro.

Sin tecnología e innovación no habrá industrialización, y sin industrialización no habrá desarrollo.

Para reducir la desigualdad, las políticas deben ser universales y prestar atención a las necesidades de las poblaciones desfavorecidas y marginadas.

Las ciudades permiten a las personas avanzar social y económicamente, pero algunas se enfrentan a la congestión, la escasez de viviendas adecuadas y el deterioro de las infraestructuras.

El consumo y la producción responsables tienen como objetivo "hacer más y mejor con menos", la eficiencia energética y de recursos y el acceso a una mejor calidad de vida para todos.

El cambio climático afecta ya a todos los países de todos los continentes, trastorna las economías nacionales y afecta a la vida de las personas.

La gestión cuidadosa de este recurso mundial esencial es una característica clave de un futuro sostenible.

Los bosques cubren el 30% de la superficie terrestre y son clave para combatir el cambio climático, proteger la biodiversidad y los hogares de la población autóctona.